En el contexto
de tolerancia a las ideas, diría que: somos circunstancialmente tolerantes – es
decir: una cuestión de perspectiva y
de grados, en última instancia –:
§ Asumiendo una
inteligibilidad no asegurada ( pormenorización al respecto ) – es decir: una virtud, puede no solo ser expresada como defecto, sino ser
entendida como tal – puedo enviarte rosas y tú solo ver espinas, a pesar,
de ser éstas genéticamente modificadas
para carecer de ellas –.
§ Asumiendo una componente
emocional elevada en toda decisión – injerencia de la neurofisiología de las emociones en la ponderación de
las opciones.
§ Asumiendo una circularidad
en la verificación.
§ …
Nota: (de la Wikipedia) la paradoja de la
tolerancia es importante en la discusión sobre si hay que establecer
límites a la libertad de expresión. Popper
afirmó que permitir libertad de expresión a aquellos que la utilizarían para
eliminarla es una paradoja. Rosenfeld declara «parece
contradictorio extender la libertad de expresión a extremistas
que... si triunfan, suprimirían sin dudar las
opiniones de aquellos con los que discrepan»…
Esquema
básico de buena parte de los intercambios de ideas:
§ Comienzas, criticando
apodícticamente una idea.
§ Prosigues, criticando la
personalidad de su autor (aunque en ocasiones, solo al releerte en diferentes
circunstancias logres reconocerlo) – inmersos en una discusión, este paso,
suele devenir rápido –.
§ Finalizas – de ser factible,
claro –, inmerso en una agresión física y en forma muy desafortunada en un
genocidio.
Considero
importante destacar, el que, en este contexto, suelan manifestarse un número
significativo de adjetivaciones
despectivas. Por lo cual, me atrevería a aconsejar a sus autores, preguntarse si: ¿acaso resultara ser, equiparablemente
tan tonto/necio/idiota/estúpido/etc., suponer, que la adjetivación despectiva de ideas de
terceros, resulta indispensable en toda contra-argumentación, así como, un método
incuestionablemente eficaz – o más
eficiente – de convencimiento – máxime, de no estar certificado en la materia
– a diagnosticar
grados de retraso mental – a pesar de carecer de certificación habilitante y
fundamentalmente de un intercambio
significativo –? Aun a sabiendas, según experiencia personal, de lo poco
que parece preocuparles, el acarrear cierto grado de disonancia cognitiva en este particular – en aquellos excepcionales
casos en donde ésta sea reconocida –. Puesto que, siempre podrán apelar a una reinterpretación conveniente de sus
dichos. Es decir. En caso de ser interpelados respecto del planteo anterior,
podrían argumentar que: no pretendían
pasar por psiquiatra/psicólogo, tan solo expresaban algo,
que se les presento – a razón de tu/s idea/s – como justificadamente obvio. Que, de
alguna rebuscada forma, no pretendían menospreciar, ni tu inteligencia ni tu
autoestima, tan solo pretendían otorgarle
el preciso peso contra-argumentativo no-emocional, al repudio intelectual que sienten respecto de tu/s idea/s. Y solo, en
tal sentido, debemos tomar sus otrora no, pero ahora sí (¿arrebatos intelectuales?): diagnósticos
diferenciales injustificados, por intrusismo.
Incluso, podrían intentar convencernos, que tan solo fue un mal entendido – preferentemente nuestro –, que en
realidad, pretendieron decirnos algo diferente. O presentarlo, como una insignificante y completamente inocua
opinión cuasi-justificada – ¿lindo rebaje no? –, puesto que,
desafortunadamente, les faltaron unas pocas materias para certificarse. Y
claro, siempre restara la posibilidad de apelar a nuestra compasión – aunque
ellos, en similares circunstancias, salten a la yugular –, asegurando estar
siendo víctimas de una injustificada y completamente
desproporcionada persecución.
Claro.
También podrían preguntarse: ¿cuán indispensable resulta ser esa particular adjetivación despectiva
para fundamentar su contra-argumentación?
¿Acaso, solo le será posible retornar a
la paz mental – intuyo que no muy difícilmente perdida, a pesar de estar
inmerso en un intercambio de ideas
–, si logran convencernos o ningunearnos
– preferentemente mediante escarnio
público –? Y ya que están,
podrían preguntarse, por las circunstancias en que suelen perderla con cierta o
extrema facilidad.
Resulta
ser para mí, más una pose circunstancial
de presunta tolerancia – poco creíble –, el afirmar que: solo critico tus ideas, no tu personalidad;
que algo sostenible en un intercambio de
ideas; en particular, cuando en éste – máxime de forma reiterativa –, se
emplean términos como: tontería/tonto, necedad/necio, idiotez/idiota, estupidez/estúpido, etc. {”expresado como“/”entendido como“,
en ocasión de ser distintos}.
Considero
que, una actitud más eficiente (aun si tu
objetivo fuese convencer a tu contraparte) – acarreando el problema de la no
inteligibilidad asegurada –, seria emplear frases como: {de momento} no
coincido con, {de momento} considero erróneo tal, {de momento} no logro
comprender tal, “y afines”. Y, de considerarlo pertinente, agregar
frases finales como: gracias por compartirlo. A sabiendas, eso sí, que un
intercambio de ideas, puede
abandonarse antes de convertirse en discusión o incluso escalar a otro nivel.
Según
mi experiencia, serán muchos los que llegados a este punto, tomaran nuestro silencio argumental como evidencia de claudicación – en tal
caso, nuestra contraparte, actuaba
conforme estar inmerso en una discusión
–. En consecuencia, considero poco probable, a la vista de las intenciones
manifiestas de nuestra contraparte, que retomar el intercambio de ideas, logre siquiera transformar el presente método de comunicación en un dialogo.
Precisar,
cuando y si, resulta necesario pasar de un
dialogo, a una discusión, de
esta a una agresión física y hasta finalizar
en un genocidio, dependerá fundamentalmente
de: nuestro grado de ingenuidad – creer poseer la capacidad de forzar el convencimiento en otros – e intolerancia intelectual – idea insoportable, que ofende nuestra inteligencia,
misma que resulta ser objetivamente muy superior a la de nuestra contraparte
{pensamiento generalmente inexpresado, al
menos, hasta incrementar el nivel} –.
En síntesis. Con respecto a: solo juzgo tus
ideas y no tu personalidad. No concuerdo, en que, sea representativo
(general) y menos aún totalizador, de lo acontecido en discusiones. Una y otra
vez, he sido testigo de cómo la crítica
de una idea concreta, amplía su espectro hasta abarcar la personalidad del otro
(incluso, sin título de diagnóstico
diferencial habilitante), con argumentos como: quien eso piensa no merece ser tomado en cuenta, quien eso piensa es un idiota, quien eso afirma demuestra no saber nada de
– clase del objeto tratado –, solo alguien con menos de un dedo de frente puede expresar tal cosa,
y por el estilo. Incluso, cuando esos mismos argumentos, ahora denigrados, hayan
sido considerados paradigma o
gozaran de un alto prestigio como
referentes, poco tiempo atrás.
Algo
que, considero significativo respecto de la tolerancia, es la cuestión de: los
agravantes (te viola el encargado de cuidar que no te violen). Suelen ser
considerados como circunstancias
agravantes de un delito. En nuestro contexto: mientras mayor sea el grado
de disonancia
cognitiva, mayor será el agravante.
Planteare algunas generalizaciones de mis
experiencias al respecto:
§ Un ateo,
básicamente suele sostener que: el dios(x)
no existe (negación). Pidiendo a los teístas y afines que, le prueben su
existencia (de momento dejemos de lado que: la prueba o incluso la demostración
remite en última instancia a una nota esencial: el convencimiento {si no me convences, es
que no tienes razón. Si ni siquiera logras convencer a un piojo como yo, ¿cómo
esperas convencer a los expertos? (bueno, será un piojo, pero tamiza como si fuese un piojo experto
– y por si fuera poco: infalible –)}
y esta finalmente a: la confianza).
Por lo que, no siendo convencidos por las pruebas de su interlocutor, concluyen
que: tal entidad no existe. Incurriendo a mí entender en el paralogismo/falacia del ignorante,
siendo incluso posible que coincidan (explícitamente) con ella, en otras
ocasiones – disonancia cognitiva –.
§ Un escéptico
[E], básicamente suele sostener que: no existen
verdades o al menos que no son alcanzables por nosotros. Pero acto seguido, no
percibe disonancia cognitiva alguna
en burlarse de las verdades u opiniones de otros (en ocasión de no hacerlo con las propias). Como si para sostener su
actitud (y los supuestos fundamentos que la apuntalan), no se necesite
implícita o explícitamente, partir de algo (tomándolo como verdad o al menos,
opinión de similar confianza a la de nuestro interlocutor).
§ Un subjetivista/relativista,
básicamente suele sostener que: una
verdad (universal/absoluta), resulta inalcanzable – puesto que, deviene
siendo relativa al sujeto/objeto {¿acaso,
en última instancia, no se remite al sujeto que profesa una postura relativista?}
–, cayendo en similar disonancia
cognitiva que un escéptico.
§ Un científico,
básicamente debería sostener que: el conocimiento científico es provisional.
Aunque, inmersos en una discusión, muy probablemente se lo eleve (claro
honoríficamente) a verdadero (siendo que, frente a un epistemólogo,
cabe la posibilidad – remota eso sí –, que intente pactar con que, dicho
conocimiento es provisional (pero, de la mejor
calidad posible y listo)) y por lo mismo, caer en similar disonancia cognitiva que los anteriores.
§ …
Y
siendo que, la gran mayoría de las veces, no nos percatamos de que estamos
citando a otros (principio de autoridad) como fundamento de nuestras
afirmaciones (u opiniones). Y en base a la confianza depositada en su autoridad, valoramos las ideas
y/o personalidades de otros.
Consejo: quién
experimente por sí mismo, todo cuanto argumente (realizando cada experimento y
conociendo al detalle cada teoría implicada en la interpretación de sus
resultados); debería preguntar a su interlocutor: al
menos, yo solo expreso lo que he experimentado, ¿y Ud.?; {eso sí: de autorreferencial, nada}
Preguntas
(retoricas) como: ¿solo si te dan la razón, es que la tienes?,
intentan plasmar que: se trata de imponer a otros, lo que uno solo
acepta arbitraria y circunstancialmente. Según mi experiencia, puedes
exponer una batería de argumentos, experiencias personales, de terceros,
incluso exponer a nuestro interlocutor a una experiencia ejemplificadora, en
pos de una proposición; y aun así, no ser aceptadas (encontrando en ocasiones,
explicaciones alternativas que pueden resultarnos inverosímiles). En
definitiva: no le
convencen. Es decir. Te piden que demuestres algo, pero en realidad
lo que piden, es que se lo demuestres a ellos – que les convenzas –. No siendo el caso (básicamente por: insuficientes supuestos afines), acto
seguido, concluyen que: no has
demostrado nada (carácter universal). Aunque debieran haber expresado: bien, no me/nos convencisteis, más de ello,
no se deduce la falsedad de tu hipótesis – argumento que suelen esgrimir cuando son víctimas del mismo
paralogismo/falacia –. Intentando apelar a algo así como: o me/nos convences o es que no tienes razón.
Me gustaría, que se expresen: más tengo
frio y menos hace frio.
En síntesis: Cuando en
un intercambio de ideas se presentan
frases como: esto es así y listo, no has demostrado nada en consecuencia es
falso eso que afirmas/opinas, no
sabes de lo que hablas {todas contra-argumentaciones indefectiblemente convincentes,
¿verdad?}; y las que aún más frecuentemente se presentan: esto es una soberana tontería, eso es absurdo, no te líes que no tienes ni idea, etc. {a pesar de que, según mi
experiencia, son tan comunes como otras mucho más denigrantes}; el intercambio de ideas suele
transformarse en discusión. Por lo
que la cualidad
tolerancia, parece ser significativa en los intercambios de ideas – diálogos –.
Tonto/Necio/Estúpido:
Persona
que posee una inteligencia escasa, alguien torpe o con una conducta poco
pertinente.
Idiotez:
Que
padece idiocia. Que es poco inteligente.
Nota: a pesar
de que, en términos médicos, equivale
al retraso mental profundo, una enfermedad mental que consiste en la ausencia casi total en una persona de
facultades psíquicas o intelectuales.
Razón, a la Descartes: {bueno, quizás} (esta me parece
bastante coherente)
El conjunto de principios y axiomas lógicos necesarios y suficientes para
dar cuenta de la experiencia (explicar el universo en función del hombre).
Bueno, a mi entender actual, el
problema de esta definición radica en que existen varios sistemas lógicos que intentan dar cuenta de lo que suponemos (en perspectiva de
3era persona) son acontecimientos (intersubjetivos/objetivos); por
lo que en última instancia termina siendo personalista (individuo) en lugar de
general o incluso totalizador (especie).
§ Mi
definición sintética de la razón, seria: sistema (estructura) que establece
relaciones, arbitraria y circunstancialmente elegido y en última instancia,
circularmente verificado.
§ …
Regalos de un espejito trucado:
§ Cuando un dialogo se calienta –
comienza a parecerse a una discusión –, preguntemos (cortésmente) a nuestro interlocutor:
disculpe, ¿pero
Ud. sabe de lo que habla? Acto seguido, reconoceremos patrones de conducta
afines al odio (intempestivo, a mi entender). Reafirmando así, mí fe
depositada en la humanidad. Siendo que en raras ocasiones, se dará el efecto
colateral, donde: el interpelado aprenda algo del proceso.
§ …
En
esencia: ¿qué necesita un insulto – inteligibilidad mediante – para
ser efectivo?
Acaso: ¿complicidad?
[E]: respecto
de, los
escépticos con que he interactuado, en casi su totalidad, podría limitarse
su postura
escéptica a la del cientificismo (escepticismo científico) – incluso he notado, mucha reticencia a considerar al conocimiento científico como un conocimiento no seguro ante la
discrepancia –, y en no pocos casos, podría combinarse con alguna especie de
realismo ingenuo.
Han sido, extremadamente escasas las veces que he interactuado con un escéptico (más cercano al escepticismo filosófico: siento
frio, en lugar de hace frio {Pirrón de Elis}). En consecuencia, han sido muy escasas, las veces, que he podido entablar un
dialogo con los que denomino: falsos escépticos.
Nota: considero actualmente que, el problema fundamental de los círculos escépticos para alcanzar su objetivo – a mi entender, loable y necesario –, es: pretender que, personas con ideas acientíficas/acríticas, abandonen dicha metodología, burlándose directamente – en general, intentando ser exageradamente hirientes – de sus capacidades intelectuales o de sus ideas – respecto de este último, como si ello, en la práctica, no implicase un reacción idéntica, a la de un intento de burla directo de su persona –.
Nota: considero actualmente que, el problema fundamental de los círculos escépticos para alcanzar su objetivo – a mi entender, loable y necesario –, es: pretender que, personas con ideas acientíficas/acríticas, abandonen dicha metodología, burlándose directamente – en general, intentando ser exageradamente hirientes – de sus capacidades intelectuales o de sus ideas – respecto de este último, como si ello, en la práctica, no implicase un reacción idéntica, a la de un intento de burla directo de su persona –.
Y, a
sabiendas de que: son muchos más, los que manifiestan un pensamiento acientífico/acrítico respecto de problemas significativos,
¿es necesario, ponerlos a la defensiva, y en ello, darles un objetivo en común –
por ej.: debido a la auto-preservación de su auto-estima –?
A la
vista, de mi análisis anterior, considero que: los círculos escépticos con los que he interactuado, hacen tanto bien
como mal, para su objetivo. Considero que: va siendo hora, de ser más auto-críticos
respecto de su desempeño. Que sea, exclusivamente un lugar de
encuentro para aquellos con pensamientos afines – siendo para mí, en general, pseudo-escépticos/falsos escépticos
–. Desde donde, poder
burlarse de los que, emplean otra metodología – aunque, en general, limitada
a específicos problemas –. Sintiéndose, poseedor de una respaldada superioridad intelectual
– la dinámica de grupo (llegando incluso a grados
de disonancias cognitivas como para: en una discusión entre pares,
calificarse mutuamente de irracionales y ante una discusión con no-pares, esos
mismos, respaldar su postura en la racionalidad del otro. Ya que, no solemos
buscar la coherencia
o la verdad
en la disputa, arribados a cierto
punto, tan solo buscamos ganarla) {como en no pocas familias} –.
Esta crítica, es extensible, a no pocos divulgadores científicos o de ciencia ( pormenorización al respecto ), que he tenido el desagrado de conocer.
Esta crítica, es extensible, a no pocos divulgadores científicos o de ciencia ( pormenorización al respecto ), que he tenido el desagrado de conocer.
PD: Seguro
nunca expresaríamos: no es un insulto es un hecho, ¿verdad?
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Regalo
sobre actitudes:
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